Por NICOLAS MARTINEZ | Corresponsal Latinoamérica
Tribus urbanas ha habido toda la vida, esos grupos de personas que suelen apodarse con relación a sus ideales o gustos, hippies, gánsteres, punks y rappers por nombrar algunos. Pero ¿bajo qué ideas el graffiti se vuelve ante todo una expresión artística y luego un acto vandálico?
Son varias las características que definen a simple vista la inclinación de unos y otros pero hay algunos que les gusta, como los perros, marcar territorio y por donde van pasando van dejando un rayón, un “matacho” ilegible, hecho con afán que va dañando puertas, ventanas, muros, letreros y en general cualquier fachada.
Descontextualizar estos personajes a ciudades civilizadas les causaría gran asombro y apreciación por el buen gusto y el orden, algo que solamente se le debe a dos cosas, la educación de sus habitantes y el nivel de limpieza en cada una de las fachadas. ¿Que no hay graffitis? Claro que hay y hechos por los mejores como los franceses Cart´1 y Knar o incluso artistas como Justin Bieber que han dejado su legado en un túnel de la capital colombiana y que fue borrado por las autoridades; algunos icónicos y otros bellísimos al punto de convertir en epicentro de moda mundial Wynwood en Miami, EEUU, donde sin excepción están grafiteados todos y cada uno de los muros de este barrio industrial remodelado.
En Colombia y al rededor del mundo se dan espacios para expresar gráficamente ideas, exposiciones como La Conecta, el festival del graffiti o el meetings of styles y ocasionalmente, con la constante renovación de las ciudades latinoamericanas, se le da valor estético a las cicatrices con graffitis.
El punto es claro, es una llamado a tener nuestras ciudades limpias, el graffiti que haga en la puerta de una casa puede ser el mismo que le hagan a la puerta de la suya; es la calidad de personas y profesionales que somos o ¿cuántos van a llegar a la oficina a rayar el escritorio como hacen con el pupitre del colegio?
Aprovechemos los escenarios para hacer algo destacado y no ser uno más del montón, deslumbrémonos con nuestra ciudad sin envidiar la limpieza de otras y dejemos el rayón para los niños de transición.
@Bynicks